El presidente de EE.UU. prohíbe espiar a líderes de países aliados y limitó la recopilación masiva de datos telefónicos de ciudadanos estadounidenses.
En un importante discurso, Obama habló de las medidas que tomó para tranquilizar a estadounidenses y extranjeros por igual, argumentando que Washington tendrá en cuenta las preocupaciones de seguridad que surgieron tras las filtraciones del ex contratista de seguridad Snowden sobre las actividades de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
Líderes extranjeros y ciudadanos estadounidenses se han mostrado ultrajados por revelaciones de Snowden, quien mostró que Washington escuchaba los llamados telefónicos privados de políticos, además de recolectar información de celulares y correos de personas.
“Las reformas que estoy proponiendo hoy deberían dar al pueblo estadounidense mayor confianza en que sus derechos están siendo protegidos, aún cuando nuestras agencias de inteligencia y de cumplimiento de las leyes mantendrán las herramientas necesarias para mantenernos a salvo”, indicó el mandatario.
Obama prometió que Estados Unidos no espiará a los jefes de Estado o de Gobierno de sus amigos cercanos y aliados “salvo que haya un objetivo de seguridad nacional imperioso”, algo que un funcionario de alto rango dijo que incluirá a una docena de líderes.
La medida apunta a aliviar las tensiones en las relaciones entre, por ejemplo, Alemania y Estados Unidos, después de informes que revelaron el año pasado que la NSA había intervenido el teléfono celular de la canciller Angela Merkel.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pospuso una visita oficial a Washington en protesta por el espionaje estadounidense.
“Los líderes de nuestros (países) aliados y amigos cercanos merecen saber que si quiero conocer lo que piensan sobre un tema, tomaré el teléfono y los llamaré en lugar de acudir a la vigilancia”, dijo Obama.
Fuente: Reuters